martes, 30 de diciembre de 2008

Te busco, te busco.




Pero no te encuentro...

viernes, 19 de diciembre de 2008

Añoranzas

Quién te dijo que olvidaras las tardes de lluvia torrencial
mirando por la calle a los incautos huir del diluvio
escabulliéndose entre mares de barullo
escondiendo del mal tiempo su pintura artificial.

Yo quisiera, ángel mío, encontrar
un instante, un minuto donde pueda re encontrarte
y tomarte por la cara y con mi gracia asestar
en tus labios de manzana un beso firme.

Noche es, y es muy tarde para hablarte
de romances, de sueños, viajes, bosques;
y contarte que me ajé y me torné aborrecible
que a esta altura de mis tiempos tú te haz vuelto inolvidable
que quisiera sostener tu mano para siempre, como antes, como entonces.

A.R.

martes, 16 de diciembre de 2008

Martes 16

Se me ocurrió pensar alguna vez que la magia de la provocación, la burla y la seducción sólo van de la mano de aquellos que nacieron congraciados con dones de belleza y hermosura perversa, pero con el tiempo las teorias y cuentos se van dispersando y no, no son tan reales ni tan palpables como la verdad. ¿Cual verdad?. Todavia me lo pregunto, y sin embargo, juego, provoco y seduzco sin quererlo ni pretenderlo. No quiero llegar a ningun lado, hasta me lo prohibo por que más allá de idilios consanguineos inexistentes, hay vinculos más politicos que sentimentales. Yo no quiero nada, sinceramente, de él. No así lo concibe mi nostalgia que se aferra a revivir aquella noche madrugada que marco un parteaguas en mi pubertad.

Ninguno dice nada, y no parece haber intención de hablar de ello, para mi suerte. Por que yo estoy loquísima, por que sigo pensando en un Jesús Ángel y continuo urdiendome historias romanticas trágicas en la cabeza, reclamandome los hubiera y los ojalá. Extrañando a una persona que no corresponde; gastando mis noches pensandolo...

Soy una inconsciente, carajo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Cómo extraño a Jesus Ángel, carajo...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Un año.

La soledad es un estado de ánimo,
no existe en esencia como sentimiento,
y no da ni siquiera para que me arrepienta
de ser paradojicamente un mito
una noticia atrasada, un santo ilegítimo.
Eterno recuento en soles y primaveras
de una espera, un reloj de arena
que me enseña cada vez una lección
y más con dulzura serena
se apropia de sí y sin querer
me cura la aflicción
que en seña y cicatriz, con alevosía, dejaras...
A.R.
no copy plz.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Solíamos juntos.

Navego en alcohol y humo
por detrás de tus osadías.
Eres tan listo y triste
que te aprovechas de mi semblante
acobardandote, cada vez, tal vez.

Hay soplos de aire en este rincón
y yo soy como una estampa vieja,
como un album de recortes que asemeja
las infancias extraviadas arrumbadas en mi cajón.

Juraría frente a frente no olvidar
tu beso frío, tus manos secas siempre a fin
de recordar el momento en que encontramos
la oportunidad de acostarnos sobre el mismo cojín
y atrevernos a accidentar aquello que juntos extraviamos.

A.R.
No copiar, por favor.

jueves, 4 de diciembre de 2008

''Violencia intrafamiliar'' ... (¿?)

Violencia intrafamiliar, ahora resulta. Resulta que yo soy hija adoptiva, y resulta que mi padre es violento y resulta que mis tios son violentos y no se merecen nada.
Oh, Esperanza, Esperanza, qué bajo has caido en tu egoismo y tu ambición.
Mientes, mientes, otra cosa no sabes hacer abogada triste y sin consolación.
No quiera mi abuela que acabes mal, que todo lo que estás haciendo se te pueda regresar.
Y total un día te quedes sola y chiflando en la loma...
Triste, triste Esperanza...
(Te equivocaste en lo de violencia intrafamiliar, tiita, la familia YA NO EXISTE..)
Es una cosa trepidante, intimidante, molesta. Se parece a la verguenza, se acerca más a la indescencia pero me hace temblar, pensar, llorar y reir al mismo tiempo. Me llena y me vacia y me tira al suelo y me da un pisotón. Se burla de mí, luego se vuelve en solidaria y solemne. Diplomatica y sarcástica. Es como yo, pero peor. O mejor. Se enamora, se desenamora, recuerda, olvida, desea y se arrepiente. Es finisima y vulgar, silenciosamente escandalosa. Insoportable, desagradable. Y aparece cuando no la necesito cerca y al mismo tiempo más quiero que esté. La aborrezco, pero no puedo vivir sin esta cosa que se niega a desprenderse de mí: la necesidad.