domingo, 20 de enero de 2008

Diarrea emocional, colico sentimental.

Señalame la pauta para el ajetreo que me espera. Dime que mañana no es domingo, que es viernes otra vez y que me esperas como siempre, en la parada. Juguemos a suponer que el mañana no nos va a alcanzar y que ni tu ni yo estamos tan cansados de extrañar, de añorar y soñar. No voy a mentir con la cara fresca los sinsabores que me dejaste con la huida y la traición, pero ya fué y no volverá, sólo con el recuerdo. Me bastan las horas de la soledad que me penetra tanto como la humedad que queda despues de llover a raudales y enfria los huesos. Sentada, frente a la ventana que nunca miré y siempre estuvo ahi, me detengo a recordar los momentos cuando estabas y en los que ya no estabas más. Llorar, cantar, dormir, correr. Nada más. Ya no hay platica, no hay foto, no hay carta que llene el vacio abismal que conchudamente se me encarna en el pecho y no se quiere ir nunca. Dias como horas que bien que mal nunca terminan de irse de acá. Se armaron el campamento sentimental, me mojaron las terminales y me provocaron shock emocional. Ahora detesto los colectivos por que sin piedad me obligan a desconectarme un rato de esa parte de mi mente que piensa alocadamente y me coloca, sin que yo lo quiera, en una parte de mí donde hay suficiente archivo para pensar, reflexionar y analizar las situaciones que me forman fila en la sala de urgencias del hospital de mi cabeza. Me hacen darme cuenta de todo lo que pasa, la realidad que me persigue y no me dejo alcanzar.

Qué más da despues del tiempo, despues de nada. A donde venimos a parar si no al mismo lugar donde nos conocimos y en la misma posición donde nos quisimos. Todo está igual y un poco peor, todos seguimos iguales, y un toque peores.

Dale vuelta a la pagina del libro de nuestra historia, adelantame y dime qué va a ser, en que vamos a parar. Donde vamos a estacionar los recuerdos de todo esto que dia con dia nos está reclamando la distancia, esa lejanía sosa que se adelanta a cualquier cosa que queramos intentar. Maquillaje, polvos, bragas. Camisetas, sueteres, cobijas y bufandas. Ninguna persona, sólo cosas. Aromas, voces, mensajes. No más.

Podria esperar, cual Penelope de canción, con mis zapatos de tacón y un vestido de domingo, la ocación perfecta para leernos las manos y cantarnos los ojos. Para manosearnos los labios y, con instintos bajos, revivamos las osadas situaciones que ninguno podriamos olvidarnos. El tren, la parada, el colectivo. Oh, pensar que antes no pasaba esto. Que no me dolias, por que no te conocia y era simple el dia a día por que no te tenía, aunque ciertamente, no te tengo y ya nada es simple. Ayer todo era dulce, salado o picante, hoy es sinsabor. Ayer, todo era blanco, rosa, amarillo, azul. Hoy no tenemos color.

No me reconozco, o te olvido. No te recuerdo más como ayer, no puedo. Me está ganando la pesadez de recordar como si fueras una foto de hace 40 años que acabo de revelar. Pero me aferro a lo de ayer para querer voltear mañana y hacer como que aqui no pasó nada.

Si me juzgas, te prohibo que me quieras.

2 comentarios:

Loki dijo...

Sos un pokiiito complicada Adriana =x en parte comprendo lo que escribiste pero.. la vida no es negra y tampoco se keda kieta :3
se feliz ^^
y.. ke lindas cosas tiene tu blog, me las robo!

Loki dijo...

ahhh y creo ke es find the cat >.>
(alguien tenia ke notarlo)
*whooooosh*