martes, 29 de junio de 2010

29 de Junio

Por lo menos éste año no llovió. Mejor aún, lloré y no de felicidad.

Ya lo decidí: voy a dejar de cumplir años para evitarme tantas desiluciones y estados de animo agrios.

La neta, hoy fue un día bien, pero bien pìnche. Y ya.

lunes, 28 de junio de 2010

Quiero una cita en Lacuna INC...

Claro que, tal vez me arrepienta cuando me decida a consumar éste plan que de a poquito estoy urdiendo al concluir una vez y otra vez que éste sentimiento no me lleva a ningún lado. Anoche me dormí llorando pensando en cómo proceder, qué decir, cómo actuar, para qué y cuándo. Le amo tanto que está volviendo a dolerme por todas partes, por todo el cuerpo y aborrezco no poder identificar exactamente en dónde. ¿Por qué no puedo hacer como Clementine en Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos y borrarlo para siempre de mi vida?, despertar una mañana de cualquier día sin saber que existe él en alguna parte del mundo y no tener ese reflejo de desear que esté bien en donde esté y extrañarlo, borrar su numero de mi agenda y su correo de mi bandeja y evitar la tentación de escribirle para menguar un poco la ansiedad; que ya sé que podrán pasar otros 2 años y yo podré seguir en las mismas, recibiendo misivas largas, leyendo lo que quiero leer, emocionándome con sobras de atención, enviando mensajes que casi ruegan humillantes una contestación que a veces no llega, sin lograr absolutamente nada.

Le escribiré mil cartas más, mil más que va a leer tarde o temprano como se ha vuelto costumbre. Mil cartas que no estoy segura que entienda como quisiera que lo hiciera. Cartas de mí para él que absorben como servilletas la gotera que él me hizo en algún lugar del pecho. Digo cada vez que quiero que éstos sentimientos son incondicionales y que no espero nada a cambio por que me gusta sentir lo que siento, pero en un punto tengo que aceptar que no puedo más. No puedo seguir alimentando su ego, haciéndolo sentir enaltecido, o adorado, o importante. Tal vez pueda equivocarme, pero cómo saberlo si él no dice nada, excepto que le gusta o le gusta mucho. Oh, no hay peor intento de elogio para un artista que el que le digan ''me gusta'', ''esta bonito'', y ''me gustó mucho'', pues de esa forma el artista no aprende nada.

Quisiera entenderlo, saber lo que piensa realmente y sin que me diga, como siempre, lo que quiero oír. Me da lo mismo que sus pensamientos no puedan ser en ninguna forma positivo en mi causa, pero de ésa forma yo me quitaría la venda de los ojos, y me animaría a salir a la luz, aunque me lastime los ojos, aunque después extrañe la caverna...*

* Léase Platón – El mito de las cavernas.

domingo, 27 de junio de 2010

Contando en serio...

Es como clásico, yo tengo una serie de sueños en secuencia, paralelamente me suceden cosas extrañas o eventos que marcan un antes y un después, yo comienzo a atravesar una fase de reflexión-confusión-clausura emocional y el ciclo se cierra con un hecho simbólico, o con acto violento, o con una depresión obsesiva o de pronto una mañana despierto, me siento en la cama y me decido por convertirlo todo en un proceso sin relevancia, más bien para convencerme que por que en realidad lo crea así.

La cuestión de los sueños en mi caso particular y el cómo los concibo y me los explico es algo complicada porque reservo mis creencias para mí pero también comparto otras ideas que compartiré hasta que dejen de tener un sentido lógico, o dejen de compatir con mis ideas personales. Yo, desde que comencé mi formación como ente individual y critico, y pude hacerme opiniones de todo, uno de los primeros argumentos que me expropié es que el destino no existe. No como fuerza superior que rige el futuro de las personas, ni como sentencia definitiva e irrevocable en nuestra vida. Me gusta pensar que, como dice el poema, somos arquitectos de nuestro propio destino y completamente responsables de la primera y la última decisión tomada, así como de todo lo que nos pasa. Bueno, pero como debe de ser, a veces te ocurren cosas que pueden hacerte repasar tus propios principios.

Sucedió hace un par de semanas ya, yo tuve que hablarlo con la persona involucrada y posteriormente con dos personas más con las que se dio la conversación. Luego comencé con la fase de los ‘sueños curiosamente inexplicables’ y ayer viernes ocurrió el hecho simbólico.

Hace un par de años, cuando yo todavía me encontraba en Xalapa fingiendo vivir y sin ninguna idea de que iba a estudiar un tiempo después en el CoBach 3 de Iztacalco, en el turno vespertino, y evidentemente de que iba a conocer ciertas personas, como Lesly, como su novio Iván, o como Gustavo, tuve un sueño que hace precisamente un par de semanas recordé con magnifica lucidez, cual si lo hubiera tenido esa misma mañana y lo que pensé cuando desperté. Se trataba, el sueño, de mí en una habitación color salmón fácilmente iluminada por luz de sol que cruzaba a través de una ventana. Otras dos o tres mujeres mantenían una conversación conmigo, que me encontraba de pie frente a ellas respondiendo preguntas o cuestionando sobre cierto novio de una de ellas y de cierto joven que le proponía una relación a una de ellas, al tiempo que una de esas mujeres, de mayor edad que las otras dos, se mantenía sentada en una cama de sabanas blancas, o grises, o azules tal vez, eso si que no lo recuerdo con tanta claridad. Recuerdo cuadros colgados en las paredes salmón y un arco a la derecha de ellas, que parecía ser una puerta. Recuerdo también cuando desperté del sueño y me dije con total frivolidad que había sido un sueño ‘muy pinche’, con ‘viejas que yo ni conozco’, y en un lugar ‘sepa la chingada donde’. Si, bueno, así pasó sinceramente.

Hace dos semanas (bueno, quizás tres) por cuestiones incuestionables fui a dar a cierto parque ubicado en cierto metro por ahí por Centro Médico-Hospital General, donde vive una amiga; tuve que acompañarle a su casa por que la madre de ella se pone punk con esos asuntos de los horarios y la confianza con su hija. Bueno, ahí estaba yo, en casa de mi amiga, recargada en una pared esperando a que la señora terminara casual conversación con una vecina de enfrente. Quién me iba a explicar que diez minutos después yo comprendería que el cuarto color salmón era una de las habitaciones de la casa de mi amiga, la mujer sentada en la cama era su mamá, una de las mujeres jóvenes era la hermana de mi amiga, y Lesly, mi amiga, una de las tres mujeres que conversaban sobre cierto novio problemático, que es Iván. Y sobre cierto individuo que proponía otra relación, Gustavo. La puerta de la derecha era en realidad la entrada a la cocina de la casa y la luz que se colaba por una ventana era la ventana donde Lesly estaba de espaldas, manejando la situación.



Para mí, el destino sigue sin existir. Me consta y no necesito que lo crean, que yo soñé a Lesly, a su mamá y probablemente a su hermana (por que haberla soñado a ella no estoy muy segura), que vi en mi sueño una habitación de su casa y un lapso de dos minutos de la conversación que se daría posteriormente; con dos años de antelación y sin que tuviera ninguna relevancia hasta ese momento en que mi casete se reviró paranoicamente y yo tuve que guardar silencio por unos 30 segundos hasta que Lesly me sacó de mi letargo mental en parte por la sorpresa que me llevé, en parte por la exactitud de la situación.

Pues por eso creo que es obvio y hasta necesario que reconsidere si el destino es destino como se concibe popularmente. Y optando por preguntas más que trilladas y bien sabidas ya, comienzo con ¿era parte de mi –destino- conocer a Lesly? ¿Me avisaron, con tiempo, que iba a conocerla? ¿Soñé un pasaje del futuro?. Me responderé a mí misma: sí y no. O tal vez si, tal vez no. Como yo soy muy necia y mi necedad ancestral no me deja optar por aquello que definitivamente no me convence, sigo sin creer en el Sr. Destino. Yo prefiero creer que de los aleatorios cinco millones ochocientos noventa y tres mil seiscientos sesenta y seis sueños que podamos tener en la vida, unos cuantos son pasado. Otros tantos presente y algunos de ellos, futuro. (y muchos de ellos sin duda y sin excluir del plató a la ciencia, nuestras proyecciones psicológicas/patológicas/ontologicas), retomando los sueños futuristas, no me refiero a un futuro-contrato-firmado, si no más bien futuro-probable. Me explico, que aquellos que no comprendemos por no tener aplicación lógica a nuestra realidad cotidiana podrán ser hechos del futuro, destino si quieren. Pero más bien, futuro secuencial a las decisiones que tomemos. Y las cosas pasaran como se supone que deban pasar. Lo que soñemos, lo que tiempo después seamos capaces de darnos cuenta que fuimos preparados para vivirlo, nos dejarán en confusión, en shock, en stand by, en busca de respuestas. Respuestas que a su tiempo espero nos serán dadas, o que no lo serán por la sencilla razón de que no debemos saberlas.

Después de eso he comenzado a tener sueños curiosos. He soñado 4 veces desde entonces que mantengo peleas estúpidas e irrealizables con una ex amiga, una profesora, una compañera de clase y un profesor, si no mal recuerdo (curiosidad: la semana pasada tuve una situación tensa con el profesor de biología por su impuntualidad). La evidente conexión entre ello es que yo me peleo (en sueños recurrentes) con medio mundo. En uno de ellos, al salir del edificio escolar me encuentro con la muerte accidental de un profesor que de hecho da clases de deportes en el turno vespertino (eso todavía me perturba cuando lo recuerdo). Y el jueves tuve dos sueños uno después del otro. En el primero apareció Ángel, lo cual es digno de comentar por que ya he dejado en claro en entradas antiguas lo extraño, difícil y relevante que es soñar con él, y lo que siempre ocurre en esos escasos (que como mucho serán 5 o 6 desde que lo conozco) sueños, donde solo lo escucho, o solo veo una parte de él sin hablarle, o solo se habla de él, o incluso en uno, donde sólo lo veo marcharse. A pesar de la continuidad enfermiza de su tema aquí, o de que yo no esté un día sin pensarlo, nunca sueño con él. La última vez que sucedió, antes del sueño del jueves, fue hace aproximadamente unos 6-8 meses y yo trataba de alcanzarlo, pero se perdía de mí en el metro. Ahora lo vi completo, vestido de blanco, de frente, molesto y hablándome directamente a mí, estático en una sola posición, de pie sobre unas escaleras y reclamándome algo. Y será todo lo que cuente. El siguiente fue distinto, en CU, con Lesly y su novio involucrados, y cierto personaje llamado Enrique, (mejor ubicado como el último sujeto con el que mantuve una cita mas o menos romántica), situación que yo ubique una vez despierta como al cierre de mi ciclo de bachillerato, el cual será en 6 meses aproximadamente.



Para darle una conclusión a ésta catarsis, que no espero que más de 2 lean de principio a fin, ayer ocurrió el hecho relevante, que no me ocurrió a mí pero yo guardo el rol de depositaria de la caja de Pandora que encierra un secreto bien intenso, que no va a saberse, de eso estoy segura. Pero las consecuencias de lo ocurrido éste viernes torcerá un poco la realidad de más de dos.

Creo en los (mis) sueños como una televisión que encendemos inconscientemente cuando dormimos y nos muestra lo que quiere que veamos, y lo que tenemos que ver por que lo veremos, si así debe de ser, tarde o temprano. Creo en muchas cosas que tomaría otros cien saltos de pagina explicar y que probablemente me harían ver como una hippie esotérica y pacheca indigna de estudiar ciencias medicas (eso va a ser otro tema a retomar en catarsis venideras) o igual y no. Pero todos tenemos formas de auto consolarnos cuando no encontramos las respuestas, cuando nos perturba la (i) realidad, cuando nos declaramos incompetentes a comprenderlo todo. Como yo, así consuelo mis confusiones y aquello que no me explico. Que me dirán que no es la primera vez que pasa y que a todos han vivido cosas así, que soñaron a su vecino y que no tiene nada de nuevo ni de curioso y que es un tema por demás debatido desde la comadre hasta los más altos exponentes de la metafísica y el espiritismo y repetido hasta el cansancio en los ensayos e investigaciones de equis universidades harto importantes de Norte América y Reino Unido.

Equis. Me pasó a mí y sucede que no lo puedo superar y por eso se los cuento a mi manera, que es como me sale mejor y como espero sopesarlo.


Amén.

martes, 15 de junio de 2010

Otra catarsis.


Me estoy quedando sin gente de confianza, por un lado. Y me estoy re-resignando, por otro. ¿Sabian que me caga mi mes? O sea, junio. Me caga y ya. Por que llueve, por que es mi cumpleaños, por que me hace recordar que soy un bichito raro y mirable. En fin, hoy se la canté derecho al de biología y cuando llegó a las 7:30 no me pude contener y le dije en su cara que si no había forma de que llegara, digamos a las 7:10 o a las 7:15, por que digamos que su clase es a las 7:00 p.m. y una cosa es que nosotros seamos los alumnos en desventaja y ellos los profesores que como nos ponen el 10 nos ponen el 5. Pero si ni a mi mamá le perdono la impuntualidad ¿por qué a él sí?, que además llega justo a las 7:29, cuando todo estamos por abandonar el salón so respaldados en los 15 minutos de tolerancia al profesor por cada hora de clase. Me dijo que si no me parecía, pues que me fuera. Y me fuí.

Me encontré a un Luis que me invitó un cigarro y en una de esas se le ocurrió hacerme una pregunta (bueno, varias):
 
''Y tu novio?'
-¿Cual de todos?
''¿A poco si tienes novio?'' 
-Nah.-  
''Ah y ¿por qué? ¿no te gustan los hombres?''
-...- 

Y entré en estado depresivo/iracundo/autista.

Ya me cansé de que me pregunten que si soy gay, que si le hago a las lenchadas, que si no me gustan los niños, que si lo que quiero es irme con mi amiga lesbiana y cositas así (es que incluso mi papá lo cree). Hoy me volvieron a preguntar y sé que esa era la intención, que si ''no me gustan los hombres''. Otro poco y más bien preguntaban ''Oye, tu aparte de ñoña y anormal ¿eres lesbiana?''. Y no los culpo por suponerlo: digo muchas palabrotas, se mucho sobre muchas cosas que me hacen quedar como una nerda gorda de lentes demasiado inteligente como para poder ser mujer, uso lentes de pasta que ultimamente se han vuelto como un cliché de niñas adeptas a The L World; desde que tengo memoria sólo he usado zapatos de piso (femeninos) en mi infancia y cuando iba en segundo de secundaria mientras pasaba por mi étapa gótica; ¡ah! Y una vez hace como dos años tuve unos zapatos azules tipo flat que me duraron algo así como dos meses; casi siempre uso el cabello suelto y con flequillo o recojido y con flequillo.  Nada de moños, listones, diademas, pinzas, parches, donas, cucarachas, minas o globos aerostaticos. No me gustan esas ñoñerías de dibujar corazoncitos y pregonarle al mundo cuánto amo a mi amiga 'Yoselin' del 513 aunque la conocí hace 3 días y me cayo super nice (por ilustrar un ejemplo). Me considero escritora, poetisa y que me la rifo sin rasparme en materia de gramática, y aún así no consigo que me salgan esas cursilerias de OlaAa mE CaEzZ MeeeGaaaH SuuUpR! CoIdaThE MoXo VaLeZ MiIIL ThE KiEroH AzIi Bn MaaZivO <3. O sea no, no succionen. Todavía deben TLR I pero se avientan sus comentarios bien olimpicamente pendejos. No escucho la musica pop de ocación por que me parece bien estúpida y bien más de lo mismo. Te reto a analizar con exactitud quirurgica los 20 GB de musica que tengo y que encuentres algo de Camila, Belinda, Kalimba o alguno de esos mediocres que la gente dice que cantan bonito.  Bueno, aparte de eso yo uso pantalones cargo, o de niño. Por que son comodos, por que me gustan y punto. No vi RBD, no fuí al último concierto de OV7, no me  polveo cada cinco minutos la cara con ansiedad paranoica de que me vallan a ver, oh por dios, sin maquillaje y que el estilista de Heidi Klum me bendiga. No le encuentro chiste a mirar The OC ni  a los pedazos de carne que "actuan" en melodramas que nos brinda nuestro siempre popular y fiel Teidiotiza Televisa. A mi me gusta jugar Pokemón en mi Gameboy, o Halo en el Xbox, leer a Stephen King y hacer comentarios mordaces sobre la ñoñez y la superficialidad. Me gusta burlarme de las novias psicópatas que llaman a su novio cada cinco minutos y no lo dejan ni ir al baño. Encuentro placentero cuando corrijo en voz alta las mortales faltas de ortografía en las laminas de exposición de las chicas cool que  se visten de azul celeste y amarillo (odio el color amarillo) y sólo Avon sabe cómo no se les cae la cara de tantas plastas de maquillaje y base que para varear no es de su tono de piel.

A mí ser femenina no me cuesta, de veras que no, finalmente soy una mujer y la femineidad es algo intrinseco a mi naturaleza, hasta lo encuentro divertido como disfrazarse o ponerse mascaras en la primera semana de noviembre. Pero las pocas veces que lo he intentado no me siento muy yo. Siento que me estoy faltando al respeto, o que me estoy traicionando a mí misma.  Además, lucir perfecta, sexy y cojestible requiere tiempo, dinero y esfuerzo que yo prefiero invertir en material de artes visuales, libros, comics, dulces o pasatiempos frikis. Sí, si tengo mis momentos cursis, si me pega la ñoñez de vez en cuando y hasta hay gente que me aconseja ser asi la mayor parte del tiempo pero de ahi a ¿que yo para gustarle a los chavos tengo que vestirme de amarillo y comportarme asi como frivola y finjir que tengo media neurona por materia gris? No, ni madres, mejor sigan pensando que soy gay y que le bateo al otro lado. Yo voy a seguir dibujando en mi block sentada en las escaleras, o aislada del mundo con mis audifonos en la última banca, leyendo un libro en el pasillo esperando la siguiente clase o fumando en las canchas sentada en el pasto. Así soy, así me gusto. Si los hombres no se fijan en mí, no los culpo, mis 20 kilos de más siempre han sido su mejor excusa silenciosa, aunque lo de parecer gay es nuevo y hasta cierto punto original. Pero eso no cambia las cosas ¿verdad?. 

En fin, comencé hablando de resignación, y creo que yo voy camino a convertirme en un ser medio andrógino y medio asexual. Medio por que finalmente me gusta mi cabello largo y mis arracadas de plata, aún tengo un par de senos que sobresalen en contraste con mi diafragma y pues por que todavia estoy enamorada de un hombre. De ahí en fuera no creo encajar en los modelos de novia potensial en mucho tiempo. Qué digo... muchísimo. 


Un brindis y un aplauso...

 ''Entre las parejas que iban
girando un día le encontré.
Bella como media luna
que alumbra al oscurecer.
Convidé a la danza
a la dama luna del antifaz
que ella usaba para
que se pensara, que era su faz,
pero al descubrir su semblante
nada hallé detrás.

Me asusté al mirar su cara vacía,
dijo así son todos, ¿no lo sabías?
Con un gesto dulce mas que elegante
mi luz nocturna se hizo menguante
luna que al fin desapareció.
Al amanecer de mi comprensión.''

Un brindis y un aplauso para la gente que no es lo que aparenta ser. Para los amigos (ajá) que te ocultan lo único que no te debían de ocultar. Para los que pisotean la incondicionalidad. Para los que dicen ''Te quiero'' y en realidad no lo sienten. Para los que fingen que les importas. Para los que te mienten en la cara. Para los hipócritas y los mediocres que no son capaces de actuar conforme a lo que quieren y a lo que no quieren. Para los que satisfacen su ego a partir de los sentimientos de los demás. Para los que no saben hablar para solucionar las cosas. Para los que golpean a sus hijos, y para los que les gritan sin motivo. Para los que engañan, los que chantajean, los que se aprovechan de los demás.  Para los estúpidos que confiamos en álguien y lo defendemos a capa y espada sólo para descubrir que al final son tal y como no queríamos creer. Para los ingenuos que todavía creemos en la confianza y la verdad. Nuestra verdad. Pero sobre todo, para la amiga en la que confiaste todo el tiempo y defendiste de cada cosa mala que se decía, que llegaste a ver como una hermana menor, para descubrir cualquier día una carta hacía el chico que, ahora te enteras, a ambas les gustaba y ella no tuvo la boca para hablarlo contigo por que a fin de cuentas, eran amigas. No importa el sujeto en cuestión, de todos modos es alguien que ya no me interesa. Pero el hecho de que todo el mundo se enteró, excepto por supuesto yo, es ridículo, traicionero, imperdonable. Por que ella pudo decirmelo, por que me conoce y sabe que yo nunca hubiera cambiado a ningun hombre cualquiera por una amiga, y si de ellos dos se trataba, yo hubiera apoyado a mi amiga. Por que así soy, por que no me importa. Por que nada duele más que imaginarmelos intercambiando cartas, platicando a solas, confabulando planes para no levantar sospechas. Hablando de mí y de cómo conseguir que no me enterara. Refiriendose a mí como la pobre, indefenza y sentimental -adri- que no parecía lo suficientmenete madura y fuerte como para poder comprender una situación así y ellos los pobres, pobres enamorados cuya relación estaba fatalizada gracias a mí. Y nuestras pláticas entre ella y yo donde yo le contaba cualquier cosa relativa a -beta- y ella sólo guardaba silencio. Un largo, culpable y maldito puto silencio. 

Pero resulta que no me dijo nada, y entonces entiendo todo aquello que no quería entender antes, y las situaciones que quise interpretar de otro modo. Pero todo es como fué y no como lo quise ver. Todo...

La situación es más compleja de lo que yo puedo relatar, pero no me sale.

¿Alguien tiene algo que agregar?

lunes, 14 de junio de 2010

Que no soy lesbiana...

''¡Que no soy lesbiana!, me gustan los niños, sólo que a los niños no les gusto yo...''
Adriana 2010

sábado, 12 de junio de 2010

Esas cuestiones de amar...

Hace rato conversando con Brian sobre sus broncas amorosas con cierta 'Fifer', me decía que no sabía qué hacer, por que amaba a la chica en cuestión pero aparentemente la chica en cuestión pues... no, eso a pesar de que sí llegaron a una relación que por mangas y desmangas de la vida no funcionó y ahora mi amigo esta inconsolable y triste. En fin, para hacerlo sentir, no sé, peor o mejor, le conté  (entre otras cosas) cierta historia mía con cierto personaje que es muy conocido en las etiquetas de este blog. Mi punto era darle a entender que amar y eso pues no es tan complicado como se quejó conmigo después de que Fifer se salió de linea, más bien es que lo común es amar a alguien por que está con nosotros, o que esté con nosotros por que le amamos o simplemente yo te amo y tu debes amarme por que es lo correcto y lo que se acostumbra y si tu no me amas no tiene sentido que yo te ame y cosas de ésa índole ¿no?. Acepto que no todos piensan igual, empezando por mí. Yo pienso que deberían enseñarnos que nadie tiene obligación con nosotros y que cuando decidimos anclar nuestros sentimientos con álguien nadie es responsable de éso ni de las consecuencias más que nosotros. O sea, sufrimos por que queremos. Queremos por que sufrimos y si sufrimos el querer, pues qué weyes somos. Y qué masoquistas. Y sí, tambien yo ¿y qué y qué?. Total que le dije que podía seguirla amando mientras quisiera, mientras pudiera y mientras lo sintiera. Aún si ella desaparecía de la superficie de su vida por el resto de la existencia, luego tambien le dije que si de verdad la amaba, consideraba (y todavía) que así seguiría siendo aunque pasara un año (...) o 10.  Pero que desgraciadamente eso no iba a solucionar el hecho de que Fifer ya no quisiera estar con él, por que no podía atreverse a rebatir las desiciones de otra persona. Me preguntó, antes de huir a su cama a pelearse con los fantasmas reminiscentes de Fifer, que cómo era posible eso de amar sin condiciones y sin poder demostrarlo, entonces yo le dije que realmente no lo sabía pero que a mí me funcionaba masomenos bien desde hacía un tiempo, cuando comprendí a mi manera ciertas cosas y me resigné a no comprender otras. Y se fué y yo me quedé pensando un rato más. Después sentí muchas ganas de decirle  escribirle para que lo pueda leer tarde o temprano al personaje en cuestión lo siguiente:

Oye Ángel: te amo. Leelo como si te lo estuviera diciendo a los ojos y ponle mi voz aunque te asuste (no mi voz, más bien lo que dije), y ten la certeza de que si pudiera te lo diria mil veces y luego otras mil más.

Ahora le daré click a Publicar Entrada ántes de que me arrepienta o de que me invadan los espectros de mis pensamientos más miedosos, como que desaparezcas de nuevo por mi culpa y lo que siento, o que no te vea este finde, ni muchos más que le siguen.

C'est fini.

lunes, 7 de junio de 2010

Casi junto al esternón...

Me gusta que tengas ese efecto narcotizante y embriagante que seduce mis instintos y me pone en un estado de lisonja pasajera, cuando apareces en tu fugacidad de sueño lúcido y te asemejas a una chispa que dura sólo instantes. Me gusta porque es como si el universo supiera (y sé que es así) el momento en el que debe de acercarte a mí para detenerme en mi errática carrera de sacrilegio. Me gusta que te de por pensar que te olvido, porque siempre puedo demostrarte que, entre otras cosas que me dijiste hace tiempo, te equivocaste en asumir eso también.

Me gusta tu foto ahora impresa y estampada en un porta retrato en una repisa de mi habitación, y haberme dado cuenta de que a pesar de los ya ahora años, no dejo de sentir ese calambre sutil y ese escalofrío en la nuca cuando te miro aunque sea por medio de una fotografía. Y me gusta, oh, me gusta mucho la nueva sensación de que no importa la distancia, o el tiempo que separa nuestros breves encuentros, ni las personas que te acompañen: tu eres mío aunque no quieras. Muy mío. Y da igual qué dejes de hacer y qué pase en nuestros mundos respectivos, lo seguirás siendo infinitamente.

Me gusta, ya que no sé que le dirás a la gente cuando te preguntan dónde estás, porque en realidad estás aquí, encarnado entre mis costillas y el pulmón izquierdo, casi junto al esternón.

sábado, 5 de junio de 2010

No hago amig@s con facilidad, por que usualmente mi semblante inspira precaución o presunción o ambas. No me salen esos trucos circenses de hipocrecía o frivolidad y a veces, casi la mayor parte de mi tiempo, soy poco afectiva. Yo más bien regalo dulces, o me quedo con alguien hasta el final. Fumo, gritoneo, sonrío y me desenvuelvo con tacto y sin remedio. Pero la multitud, como tal, es un muro de prejuicios, de falsas impreciones, de mentiras. La multitud te consume de adentro hacia afuera, si te dejas. Usualmente puedo pasar desapercibida y con notoriedad, además acepto todo, cualquier cosa, con tal de preservar el orden y la secuencia natural de las cosas. No me gusta entrometerme en el cauce del cosmos, no. Yo misma me llego a sentir ajena.
 
Como decía, no hago amistades con facilidad y si consigo afianzar un vinculo, me cuesta mucho soltarlo. Yo respeto mi soledad, y no me molesta. Hasta cierto punto nos llevamos muy bien. Pero es mejor cuando tengo con quien compartirla. Insisto, acepto muchas cosas. Acepto las desiciones de las personas, y a la cifra matemática del rompecabezas paradójico que forma sus personalidades. Ofrezco aquello que puedo dar y mantengo constantes conflictos ontológicos entre mi inseguridad, mi egoismo y mis (agridulces) demonios. Soy, como todos, una caja de pandora en miniatura humana. Recuerdo lo que puedo, lo que no debo y hasta lo que no me concierne, y ni demente cargaré cánceres reminiscentes en mi espalda. Los rencores mudan piel y se hacen pesados, viscosos y horribles. Repito, a riesgo de sonar redundante, que acepto cualquier cosa, tangible o intangible y tan heterea como un sueño mojado. Pero no permito, y en éso soy inquebrantable, que pulverices mi (poca, dificil e inmerecible) incondicionalidad. Y si lo has hecho, que te protejan las ánimas de los arrepentidos, por que por mi parte estás proscrito de mi todo y nada para ésta vida, para las eternidades que condenen a tu espíritu traidor e incluso más allá de todo lo que no concibo en existencias.

martes, 1 de junio de 2010

Oz.

No le doy mucho más tiempo de vida a ésto, ¿sabes?, antes era una forma de demostrarle a Sujeto A que la vida seguía siendo sin él. Después se volvió una forma de desahogo emocional y finalmente mi forma más facil de hacerte saber muchas cosas. Pero ya no me sale igual, no. Ya no. Y eso me frustra. Y las cosas, por aquí, no van muy bien. No, ya no. Y ya no tengo las mismas ganas de ántes de seguirte dando lata por aquí, no. Ya tampoco, ya no. Y bueno, ya no es como ántes. Oh no, ya no... y se acerca mi cumpleaños y, bueno, ¿sabes una cosa? he roto el record de mayor tiempo pensando en que ya no tengo muchas ganas de seguir cumpliendo años, no, ya no. 

Sólo soy yo ¿o todo de repente está "muriendo" inevitable, enfermiza y esporadicamente?