Ojalá todos los días pudiera sentirme tan bien como ahora. No necesitaría más amigos ni amores correspondidos y me contentaría con querer nada más yo aunque no sepa si las cosas son como las pienso. Realmente respiro aunque esté constimpada, me levanto a las 6 de la mañana aunque haya salido con Morfeo hasta la media noche y soy capaz de estar en este lugar desde las ocho de la mañana hasta las 5 de la tarde sólo por que nunca dejo de ser la terrible soñadora con siempre unos dulces en su bolsa que se contenta con regalar; unas llaves imposibles de perder que igual se pierden un rato y vuelven y tu perfume envuelto en recuerdo que me encanta, me apasiona y me obliga a jurar que no te vuelvo a buscar y de cualquier manera lo hago por que tu lo haces también.
Muestrame los celos, la apatía y el desconcierto que te causa verme con él. Que no es nada, pero tu no lo sabes y a mi me conviene y a la vez, no. No.
Btw, hoy a la mañana me sorprendí bailando en pantaletas y sostén frente a la tv al ritmo de Jennifer del Estero y por eso se merece un lugar aquí. Y ayer, mientras bajaba por mi calle, la purísima de mi vecina (bueno, si ella dice que yo soy una puta, entonces ella es la virgen (¿me puedo reir?)) venía subiendo y yo me sentí genial, por que con sus evidentes 15 kilos menos que yo y su ropa de Liverpool o Fábricas de Francia o alguna de esas tiendas consumistas, no puede ser tan feliz ni llevar tantos amigos a su casa que la busquen y ni siquiera hablemos de novios por que eso no se consigue con apariencias, si no con lo que llevas dentro. Y si ella supiera que la cantidad de chicos que salen del portón de mi casa la mitad ni siquiera me conoce, probablemente cesaría de desperdigar chismes por doquier. Pero es envidiosa, y a mí en lo personal eso de que me envidien (sobre todo ella) me levanta el ego.
Y demandenme por eso.
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