domingo, 18 de mayo de 2008

Llueve. Estoy en pijama y son las 3 de la tarde. Moenia me acompaña. Se me adelantó el periodo por casi 12 días y no sé por qué, si siempre fui tan regular. Extraño a mucha gente y detesto este domingo. Pero lo único que puedo detestar más es la idea de que tengo que levantar mis nalgotas de aquí y llevarlas al piso de arriba para ponerme a lavar ropa para la semana, encima mis tenis están mojados y no parecen tener intención de secarse y el día tampoco parece tener intención de solear. A partir de mañana, abro a las 8 el local, así que tengo que comenzar a levantarme a las 6 a.m. todos los días. Extraño a Ángel y a Allan; a uno por que lo quiero y al otro por que es mi amigo y me gusta su compañía. Pero estoy aquí. Aprendiendo a usar tacones y con las piernas lo suficientemente más delgadas para poder comenzar a usar faldas por que quiero usar faldas, pero no tengo faldas.

Debo comprar faldas...

Masco chicle y tengo sueño. Pero no puedo dormir por que son las 3 de la tarde y si duermo ahora no duermo al rato y no me levanto temprano. Iré a bañarme, por que mi libido quiere traicionarme y me frustra el hecho de que el cable de mi celular sigue sin congraciarse y no me deja bajar mis fotos. Mis muy importantes, necesarias y lindas fotos.

Ahh... te extraño, carajo.

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