domingo, 24 de enero de 2010

Behind our legs, the wall... the night.

No me puedo quejar de lo que no puedo contar, no me debo quejar por que yo lo pedí y lo conseguí. Aunque ahora tenga miedo, aunque ahora esté presionada con las posibilidades y entienda mucho menos que al principio de todo, que al final de todo. Que lo extrañe por querer repetir, no por que lo adore. Debería entregarme por amar, y no al reves. Pero a él no le pude decir que no, no pude por que tampoco quise decirle que no.
 
Buena noticia: él ayudo a romper un sello. Es que hace mucho dejé de pertenecer en corazón a otra persona y por fin ayer dejé de pertenecerle en cuerpo también.
 
La lala ra lala ♪

1 comentario:

Mafalda dijo...

Mientras te peretenezcas a ti y lo sepas... puedes prestarte a quien quieras... lo malo es cuando te pierdes en el otro...

besos!