viernes, 15 de enero de 2010

Me voy a dormir,
en vista de que no hay más para mí
de que me quedé sin opciones.

De que camino solitaria
por los pasillos de la ordinariedad.

De que ni toda mi ira me alcanza
para llenarme una bolsa de sobriedad sentimental
y no me consuela ni el sólo por hoy
ni leerme los cincuenta poemas de amor
creo que estoy desesperada.

Dos veces al mes guardo
ojerosa y tristona una canción
la que mejor se acomode de tanto
en el agujero calcificado de mi hetereo corazón.

Una mezcolanza de marlboro y frio
no me arrepiento del temprano vicio
pero el pinche frio me cala los huesos
y es el mismo frio maldito testigo
de mi cabellera de telañara
que se revuelve al compas del viento
mientras aguardo en la parada.

Olvidé recordarme a mi misma
que de tarea me habia encargado
olvidarlo de tanto en tanto
ahora si que irle adelantando
pa' que al final no resultara tan pesado.

Y sin pensar, me equivoqué.
 

No hay comentarios.: