lunes, 18 de agosto de 2008

♫ Everybody's changing...

La idea de matar el blog (la neta por la gueba de estar logueando cada que quería postear) me rondo un buen rato la cabeza durante estos días, pero hay algo que me sucede que se llama -amor por la antigüedad-, y no es que me enamore de los que podrían ser mis abuelos, lo que pasa es que de algún modo éste cachito de mi consciencia se ha ganado un lugar en mi stock de las cosas que no puedo destruir por nostalgia, sentimiento, o como le quieran poner. Entonces, lo rejuvenezco (o lo otoñonezco (?)), borro aquellas entradas que no quiero volver a leer y mucho menos que otra gente lea. Inteligentemente escribo ANTES de ir a eliminar algunas entradas anteriores por que evidentemente las voy a tener que leer y eso me revolvería el estado de ánimo (para mal).

En fin, estos largos meses de no salir de casa y vivir en un estado semi-vegetal han funcionado. No sé para qué todavía pero han funcionado. Principalmente por que ahora como (poco pero bien) y me comporto (bien, pero poco (?)) más tranquila. La semana pasada fuimos con mi papá a Lecumberri a la Ramirez para solicitar mi certificado parcial, por que sin él no me inscribo en una prepa del D.F. ni a garrotazos. Parece que me va a tocar (muy a mi pesar) en el Colegio de Bachilleres por que soy demasiado vieja para entrar al CCH desde primer semestre, pero demasiado joven para entrar a la preparatoria abierta y no conseguir un futuro de carrera de medicina o de lo que sea. Por mi parte prefiero repetirme que la edad es sólo un numero. Qué alguien se lo diga por mí a la UNAM y a la Dirección general de bachillerato.

Lo de la mudanza es un hecho que me tiene desesperada por que solo pasan los días y yo sigo viendo más días para irnos en el calendario. Mi propia ventaja es que mi papá me dijo que me voy a finales de agosto al D.F. a hacer los tramites de la escuela y si puedo entrar desde ese momento, me adelanto y me quedo a vivir un mes y días en casa de mi tía en lo que ellos preparan la mudanza y llegan, o sea, que todavía puedo ser feliz y vivir de mis propias esperanzas.

Me teñí de rojo. Diría Jin, soy una sexy pelirroja. O por lo menos una de esas dos.

Ya no estoy buscando -relaciones- a distancia ni en apariencia. Supongo que estoy empezando a madurar y a confiar en que no necesito ningún corazón extra para ir por mi propio camino. Los besos, los arrumacos, las caricias son un tema que no puedo negar que estaría genial un poco de tal y cual, no obstante sé que puedo vivir sin eso un buen rato y mientras me reviro a preparatoriana y luego mientras hago una carrera en medicina o en alguna otra interesante y apasionante rama de mi vida. Cuando sufres decepciones con una o varias bestias personas y te recuperas de ellas, vas conociendo las ventajas de estar por ti mismo.

Voy a seguir ''acuareleando'' y viendo las olimpiadas. ¿Vieron a Phelps?

Está buenisimo!

No hay comentarios.: