Ellos siempre están en mis sueños. Son lindos, son altos, son más grandes que yo y me quieren y yo poco a poco voy descubriendo que los quiero.
Pero al final siempre se van. Y yo me despierto llorando.
Por hoy, adiós, Carlos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario