domingo, 21 de junio de 2009

Un tipo complejo

Me fumé un cigarro y exhalé. Terminé el poema que dejé sobre la mesa y caí en cuenta de que se había ido. Para siempre. Como un fantasma me deslizé hasta la recámara y encontré su espacio vacío. La noche anterior se había puesto muy mal y me pedía ayuda con la mirada. Vomitó unas cuantas veces y se volvía cada vez más pálido y desmejorado. Intentó llamar por teléfono pero la linea estaba curiosamente cortada. Quiso salir a la calle pero las fuerzas lo abandonaron. Convulsionó en la alfombra que solía ser blanca. Yo me quedé parada, como petrificada junto a la puerta, en mi camisón negro que a él tanto le gustaba. Él me pedía que lo ayudara y yo tuve que hacerlo. Le tapé la cara con una almohada para que no pudiera volver a vomitar ni ver cómo había ensuciado el suelo por que seguramente se habría molestado. Él me gritaba dolorosamente que le ayudara y yo tuve que ponerle la almohada en la cara, pero al final de todos modos se murió.

Ahora que lo pienso, siempre fue un tipo complejo.

No hay comentarios.: