miércoles, 30 de diciembre de 2009

We might as well be strangers - Keane

Hoy cuando me desperté me dije a mí misma que tenía que hacer un esfuerzo para no terminar el día llorando, como ayer, como anoche. Cuando me levanté de la cama alguien me dio la noticia de que le decíamos hola al martes sin electricidad en media manzana por que algún listo se había robado el cable del transformador. Me las ingenié para tomar mi religiosa dosis de café y no desayunar. Como a las 12 del día me expropié un celular con saldo y le envié algunos mensajes a Jessica por si queria salir. Nos vimos a las 4 y media en metro Coyuya. Apenas la ví no pude evitar la cascada de ideas que le balbucié, y sin un rumbo fijo, quedamos en dirigimos a barranca del muerto a visitar a La Rana y el oxxo donde trabaja-ba. En el transcurso le platiqué, para variar, los acontecimientos de los ultimos 10 días. Le confesé que su misión del día era distraerme a como diera lugar, por que Adrián se me estaba metiendo en el corazón (y eso, en vista de las circunstancias, es álgo que no puede suceder) y necesitaba pensar en otra cosa que no fuera él. Descendimos en metro Barranca del Muerto y caminamos dos cuadras hasta el establecimiento. Conocí a La Rana, bebimos Arizona y tuve un encuentro fugaz con un compatriota de Lucía en una esquina, me preguntó la hora. Respondí que eran cinco y media y le sonreí. 10 pasos después hice algun chiste xenofobico y tonto sobre no me rompás las pelotas, boludo que a Jessi le hizo mucha gracia, pero seguimos caminando. Paseamos relativamente desde metro Barranca del muerto hasta Allende, Zocalo, Bellas Artes, Chabacano, Viaducto. Nos dio hambre y bajamos a ver qué comprabamos. Buscandole pasé por un puesto de revistas y a pesar de que no fumo (mucho), en ese momento se me antojó un tabaco. Me lo compré. Caminamos más... tacos ''Don Matadieta''. Ni pex. De regreso ella se clavó con unas peliculas de Koreanos y yo le pedí fuego al chico que atendía. Evidentemente no me iban a dejar subir al metro con mi pequeño inconveniente y me sali a un lado a disfrutar lo mío. Lo extrañé, lo extrañé terriblemente por que senti su olor peculiar a perfume y camel. Terminé, terminamos. Nos subimos al metro y la dejé en Coyuya. Me dirigí a Puebla, abordé la micro a Ejercito y me iba quedando dormida con la vana ilusión de esperar que me esperara en mi casa. Nada de eso sucedió. Él volvió hoy a Coacalco y yo a la realidad.

Su madre se telefoneó hoy con su gran amiga, que es mí madre. Entre otras cosas que a mí no me incumben, me entero por mi mamá que el 10 de enero es su cumpleaños y quieren que yo esté allá para entonces, que será un domingo. -Greit...-

Un Junky no necesita de mucho tiempo ni de muchas dosis para crear adicción a su vicio. Yo tampoco necesité gran cosa para exigir la necesidad del mío. Mientras me desintoxico, buenos días periodo de abstinencia. Buenas noches estabilidad emocional.

Y alguien sufre por princesos* que no han querido entender que prender fuego es tan malo como apagarlo después.
 

*No, no es ningun dedazo, no.

1 comentario:

Afterglow dijo...

wow... sin palabras. La descripción de este día tuyo me recuerda a como eran mis propios días hace no mucho tiempo...