lunes, 28 de diciembre de 2009

Nadie.

Nada. Ninguno. Nadie. Qué verdaderamente triste es darte cuenta de que finalmente estás sola, vacía, inerte. Que no te mereces nada y sentirte impotente por que no quieres aceptar la realidad. Me molesta la realidad, me molesta la situación. Me enerva que yo no pedi un romance casual pero lo esperaba y lo que esperaba nunca sucedió ni sucederá ni nada, nada.

Simplemente me destroza el hecho de darme cuenta que para cada una de las personas de las que me he enamorado en esta vida yo no he sido más que una servilleta, un dibujo animado, un comercial, una fotografía, un mal recuerdo, esa persona que evitas mencionar, una pagina que lees religiosamente cada tercer día, esos mensajes al celular borrados, la amiguita de tu infancia, la ex novia psicotica, la bipolar, la rarita, nadie. Ninguno pude corresponderme con la mitad de lo que yo sentí, sentía, siento. Qué suerte tengo...

Nadie, nadie. No puedo seguir recordandolos a todos, no quiero seguir recordandolos. Por que todos ustedes y cada uno me hacen falta en su momento. En éste justo momento...

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