lunes, 23 de noviembre de 2009

Yo necesito.

Necesito escribir. El problema es que no sé qué escribir, de modo que escribiré como me valla saliendo y nadie tiene derecho a reprochar nada por que finalmente siempre he escrito para mí. Chan.

Mañana tengo un compromiso de verme con Yovani en metro Portales para ir juntos a ver lo de una propuesta de empleo. Necesito el empleo por que estar en mi casa tantos dias me tiene en un estado mental demasiado agresivo y cuando no, depresivo. Mis padres por fin me han dado el permiso, holy fuck. Necesito dinero por que en aproximadamente 20 días es La Mole y voy a ir y por supuesto necesito una buena suma de morlacos para comprarme muchas, muchas chucherías. Necesito dejar atrás a contadas personas y necesito exprimir de mí las historias. Me pregunto por qué demonios no puedo simplemente dejar pasar a Angel si a fin de cuentas él nunca va a querer nada conmigo, o por qué no dejo de pensar en Adrián si es más obvio el hecho de que sólo fué un juego y tiene 15 días que no pone un pié por aquí. Quisiera saber por qué me apego tanto a un sentimiento. A veces me gustaría ser como todos ellos que no se comprometen a nada, que juegan y se divierten y no les interesa lo demás. Que pueden seguir adelante sin preocupaciones y sin traumas. Que pueden olvidar, ignorar, asumir, concluir... ¿Quién carajo los lastimó tanto para comportarse así?

¿Por qué tengo que ser tan novelezca? Tan artista, tan romántica, tan pesimista. Quisiera poder jugar como ellos, conocer a las personas y utilizarlas, desecharlas, aburrirme sin destruirme ni destruirlas. Es que yo simplemente no puedo y no sé como hacer eso. Yo me entrego, yo doy de mí, yo me enamoro y me comprometo y cometo cursilerias y caigo en la melosidad. Pero necesito que por un día mi vida no sea tan pelicula de Almodovar. Es patético, muchisimas veces quisiera convertirme en algo similar a todas aquellas mujeres en serie cuya vida es rosa y simple, frivolas y hermosas. Vacías y simples. Con craneo de lata y sin complicaciones. Les va mejor a que muchas de nosotras.

El dilema es que estoy bien fastidiada de ser solamente la escritora. Y de que en mi vida las cosas sucedan siempre a cuentagotas. Necesito la pinche escuela. Y ya, está bien, debo admitirlo... necesito un novio.

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